domingo, 25 de diciembre de 2011

De pronto me sentí rara, sus palabras me dejaron helada, hipnotizada, no sabía cómo actuar, qué hacer, no sabía qué debía responder a semejante frase, él me estaba diciendo ahora lo que yo soñé tanto tiempo, lo que yo creía imposible, había elegido el momento exacto para confesarme tan lindas palabras y eso me dejaba devastada, en silencio. Luego de mantenernos callados aproximadamente diez segundos, volvió la vista hacía mí y me dijo: "¿me escuchaste?, te amo", deje que cayera una pequeña lágrima sobre mi mejilla y le respondí: "gracias por existir".

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